El sexo anal ya no es un tabú

El sexo anal es la práctica sexual en la que se introduce el pene -o un juguete sexual- en el ano y el recto de la pareja.
El ano es zona erógena y ésta parte del cuerpo tiene las terminaciones nerviosas suficientes para competir con la vagina y el pene. Por lo tanto, estimular esta parte del cuerpo correctamente, puede ser igual de satisfactorio que otras prácticas.

Es curioso conocer como en la Antigua Grecia y Roma, homosexualidad era tan natural como la heterosexualidad. Muchos hombres homosexuales tenían relaciones con mujeres para perpetuar el apellido de su casa. De hecho, Era asumido, socialmente, por las mujeres romanas el hecho de que las esposas no debían sentirse celosas de los intereses sexuales de sus cónyuges con otros hombres. Debían soportarlo con dignidad y sensatez. Los esposos podían tener sexo con otros hombres o con prostitutos, eso sí, dentro de unos límites de cantidad razonables en la época.

Desde la Edad Media el sexo anal se ha considerado un tema tabú y a lo largo de los siglos casi todas las religiones la han condenado. Las razones de este rechazo son variadas, por un lado, el sexo anal era una de las medidas naturales más utilizadas para controlar la natalidad; por otro, la práctica de este sexo tenía altos riesgos higiénicos. Por no hablar de la homofobia que ha perdurado siglos y que se consideraba un acto satánico y condenable.
A día de hoy, el sexo anal es una de las prácticas sexuales más extendidas entre las parejas homosexuales y también heterosexuales, de hecho, el ranquin de juguetes más vendidos, así nos lo indica también.

Que a un hombre le guste el sexo anal, no tiene porque ir vinculado con su orientación sexual, recuerdo que, si hacemos un poquito de clase de anatomía genital, el Punto P –Punto Prostático-, que sería el equivalente al Punto G femenino , se encuentra a unos 3 centímetros de la entrada del ano. Por lo tanto, es normal que los hombres sientan placer al estimular esta zona.

 

Y, por supuesto, muchas mujeres. Pero, ¿sabes hacerlo bien?

Vamos a conocer como pueden disfrutar ambos sexos independientemente de tu sexualidad.

  1. El ano o recto no es una vía sexual por naturaleza. No quiere decir que no podamos explorarlo- al igual que la boca con el sexo oral- y aunque te excites, no por ello tu ano se va a dilatar, hay que prepararlo para que eso suceda.
  2. Utilizar mucho lubricante por la zona externa e interna del recto además de aplicarle un masaje alrededor con los dedos. NO SE TE OCURRA hacerlo en seco y sin una preparación previa.
  3. El ano comenzará a dilatarse, poco a poco, no hay que hacerlo con rapidez sino con la intención de provocar placer y lograr la seguridad de que al introducir un pene o un juguete sexual sea placentero y eficiente.
  4. Comienza introduciendo un dedo o dos hasta que te sientas listo/a para ir más allá.
  5. Es IMPERATIVO utilizar un preservativo ya que se trata de una zona séptica, es decir, tiene miles de millones de bacterias fecales o de contagiarte de una Enfermedad de Transmisión Sexual conocidas por sus siglas como ETS. Así pues, debes lubricar el preservativo y penetrar poco a poco.
  • Recomendación de posturas sexuales

Posición del mono: Pídele a tu chico que se tumbe boca arriba y suba las rodillas hacia el pecho. Siéntate encima, de espaldas, de manera que sus pies te sirvan de respaldo.Para una estimulación más intensa, cogeos de las muñecas para sujetaros y tener mayor estabilidad. Esta postura es original y divertida, y las sensaciones que produce son increíbles.

 

 

Sumisión: De todas las posturas del Kamasutra, la sumisión es una de las más sensuales. La mujer (o el hombre en relación homosexual) se apoya sobre sus brazos y sobre el vientre, con una pierna plegada. El hombre, sobre ella, también se apoya sobre sus brazos en tensión. Él la penetra efectuando un movimiento de vaivén que acentúa el grado de placer cada vez más.

El caracol: Ella, ( o él en relación homosexual) tumbada boca arriba, las piernas plegadas sobre su pecho y los pies apoyados en los hombros de él. En la postura del caracol el hombre, de rodillas encima, puede penetrarla de manera especialmente profunda, por lo que es importante que la vagina esté suficientemente lubrificada para que no resulte doloroso.

Por detrás: El hombre apoyando la espalda contra la pared, empuja con la pelvis hacia delante para penetrar a la mujer (o el hombre en relación homosexual), que empuja hacia atrás. El movimiento de vaivén lo llevan a cabo las flexiones de los muslos.

 

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